domingo, 25 de octubre de 2009

La obra de Maíno llega al Prado

El 20 de octubre se inauguró en el Museo del Prado la exposición de Juan Bautista Maíno. Cuenta con un total de 35 obras divididas en ochos secciones, así como cuadros de otros autores que han influido en la carrera del artista como Caravaggio o El Greco.

Juan Bautista Maíno (1581-1649) es uno de los artistas españoles más desconocidos, a pesar de su clara influencia en grandes pintores de nuestro país como Velázquez y haber aprendido gran parte de su técnica del italiano Caravaggio. Uno de los motivos es que no se dispone de mucha información sobre su biografía y la atribución de sus cuadros ha sido muy discutida. La exposición que acoge el Museo del Prado sobre el artista incluye siete obras que por primera vez aparecen como suyas y otras catorce que nunca han sido vistas en España.

La exposición está patrocinada por la Fundación Amigos del Museo del Prado y ha sido objeto de una campaña publicitaria que comenzó hace unos meses pero que se ha intensificado en los últimos días. El rey mago Baltasar, del cuadro La Adoración de los reyes magos, ha sido el personaje escogido para los carteles publicitarios que aparecen en el metro y en las marquesinas de los autobuses. En la propia página del Padro se ha realizado un vídeo promocional de este artista poco conocido por los españoles. También se ha creado un catálogo sobre Maíno que recoge la labor de investigación sobre el artista y cuenta con cuatro ensayos, dos de ellos escritos por la comisaria de la exposición, Letizia Ruiz.

Gabriele Finaldi, director adjunto de conservación del Museo, ha señalado que 20 de los cuadros expuestos han necesitado restauración por encontrarse en "un estado bastante comprometido". La comisaria de la exposición declaró en una entrevista realizada por la COPE que "la escasa producción y los escasos datos biográficos del pintor siempre han ido echando para atrás el proyecto" de realizar esta exposición. Además, es "un pintor cada vez más apreciado en el extranjero y, especialmente, por los estudiosos de la pintura caravaggista". Lo define como una "rara avis" ya que trabaja en España, sobre todo, pero permanece fiel a lo que ha aprendido en Italia. "Es un italiano continuamente en España".

La obra de Maíno

Este pintor realizó un total de 40 obras a lo largo de su vida. Su labor se vio ralentizada en el momento en el que ingresó como dominico en el convento de San Pedro Mártir. Este hecho influyó en su obra, como puede verse en algunas de sus pinturas (La Magdalena penitente, San Juan Bautista...).

La exposición se divide en ocho secciones: composiciones para el Retablo de Pastrana en Guadalajara, obras en pequeño formato, paisajes, retratos, el Retablo de San Pedro Mártir, representaciones de la santidad y La recuperación de la bahía del Brasil.

Entre todas las obras expuestas, debemos destacar las realizadas sobre cobre, ya que no son muy típicas en la pintura española. Es el caso de San Juan Bautista en un paisaje al atardecer y Paisaje con María Magdalena penitente. Estos cuadros son también excepcionales por su tamaño, ya que Maíno solía pintar obras de gran tamaño.

Sus paisajes se caracterizan por ser paralelos y porque la vegetación se refleja en el agua, como puede observarse en la obra San Antonio Abad en un paisaje o San Juan Evangelista en Patmos. Frente a los paisajes debemos tener en cuenta los retratos que realizó. Destaca Retrato de caballero, expuesto junto a Retrato de un caballero desconocido de el Greco, con el objeto de observar cómo Maíno se vio influido por la obra de este pintor, que le eclipsó en el Toledo de la época. Se trata de uno de los pocos cuadros de Juan Bautista que están firmados por él. Retrato de un fraile ha sido considerado un autorretrato del autor, aunque sigue siendo discutido.


Retrato de un fraile

En cuanto a los cuadros sobre la santidad, resaltan los dos de Santo Domingo en soriano (uno del Ermitage y otro del Prado), porque Maíno se hizo bastante famoso al realizar esta obra para el convento de Atocha, pero se quemó. San Pedro arrepentido es una muestra de la influencia de Caravaggio, ya que lo representa con las piernas cruzadas y las manos entrelazadas en torno a ellas, con una magnífica expresividad al parecer que el gallo acaba de cantar y ver que las lágrimas de San Pedro están a punto de caer. Aparece junto a la misma obra de Luis Tristán. San Jacinto se expone por primera vez y se asemeja a los murales realizados por el pintor para la iglesia de San Pedro Mártir. Por otro lado, aparece el Retablo de la Trinidad del convento de concepcionistas de Pastrana, formado por La Anunciación y La Trinidad.

Otra de las joyas de Maíno es La recuperación de bahía de Brasil, que forma parte de la serie de cuadros de batallas en el Salón de Reinos del Buen Retiro. En él aparece a la derecha un tapiz mostrado a los holandeses vencidos en el que está representado Felipe IV coronado por Olivares y Minerva, mientras pisa los cadáveres de Herejía, Ira y Engaño como enemigos de la Monarquía. A la izquierda están las víctimas y los heridos curados por sus mujeres. Se duda de si la figura femenina rodeada de niños representa a la caridad cristiana. Debemos tener en cuenta que la relación de Maíno con Felipe IV comenzó cuando pasó a ser su profesor de dibujo.

La recuperación de bahía de Brasil

Retablo de la iglesia de San Pedro Mártir de Toledo

Está formado por un total de diez cuadros de Maíno, aunque actualmente pertenecen al Museo del Prado. En la parte baja encontramos San Juan Bautista en un paisaje, a la izquierda, y San Juan Evangelista en la isla de Patmos, a la derecha. Encima de ellos, La Adoración de los pastores y La Adoración de los reyes magos. El primero de ellos se expone junto a la obra del mismo nombre de El Greco para mostrar las semejanzas y diferencias entre ellos. Maíno realizó diferentes versiones sobre este cuadro en las que la Virgen suele estar más idealizada y de las tres que se exponen una está firmada por el pintor. En cuanto al otro, pueden verse obras de la misma temática de autores como Luis Tristán y Diego Velázquez. Se cree que el peregrino que aparece tras el rey Baltasar puede ser el propio artista autorretratado.

Después están las pinturas de Pentecostés y La Resurrección de Cristo. La primera obra se caracteriza por relegar a la Virgen María a un lateral, junto a María Magdalena y sitúa al apóstol Lucas escribiendo como centro de todo. Existe otra versión espectacular de esta pintura en la que la Virgen es la protagonista junto a una María Magdalena en primer plano. En la Resurrección destaca un pastor de espaldas, que ya aparece en una de las versiones de la adoración de los pastores. Por encima se encuentran San Antonio Abad en un paisaje y La Magdalena penitente en la gruta de Sainte-Baume.

Pentecostés

El retablo de la iglesia de San Pedro Mártir de Toledo finaliza con los cuadros de Santa Catalina de Siena y Santo Domingo de Guzmán, mostrando que la oración y la mortificación es el estilo de vida de las mujeres, mientras que el de los hombres es la erudición y predicación.

La exposición de Maíno permanecerá abierta al público hasta el 17 de enero, para disfrutar de sus obras y de las de otros autores que tienen mucho en común con él, hasta el punto de haber confundido la autoría de los cuadros entre unos y otros. En todo caso, la presencia de Caravaggio puede entreverse en las diferentes pinturas y en las que se exponen de él.


Vídeo de Juan Bautista Maíno

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